Permíteme hacerte una pregunta: ¿Qué tendrías que soltar de ti para cambiar aquello que no te gusta?

Y esta pregunta puede tener múltiples respuestas, dependiendo del contexto y de tu percepción del mundo que te rodea, sin embargo, el primer paso para poder cambiar algo, es entenderlo, es decir, hasta que no te haces consciente de eso no lo puedes abordar. Por ello, cuando entiendes qué significado tiene para ti alguna cosa, situación o persona, es que puedes tomar acción para que esa experiencia que estás viviendo, tenga un desenlace favorable y satisfactorio para ti.

Todos los seres humanos, estamos cargados de creencias, percepciones, juicios y etiquetas, todos estos elementos se convierten en tu historia de vida; es la forma en la que te has relacionado e interactuado con el mundo, cómo has aprendido, qué has dado por verdadero y tiene un significado trascendente para ti. Cada experiencia se ha convertido en tu gran verdad, sin importar si sea cierta o no para otros, mientras tenga relevancia para ti, será suficiente.

Cuando te encuentras en un momento desafiante o cumbre, como por ejemplo, que te diagnostiquen con una enfermedad grave como el cáncer, lo más probable, es que tu mundo tal como lo conoces, comience a cambiar, porque la percepción e ideas que tenías con respecto a tu vida, ahora adquieren un significado diferente.

No tengo la intención de mentirte y decirte que es fácil aceptar una realidad como ésta, sin embargo, sí te puedo decir que esa realidad se puede transformar; y que a partir de tu diagnóstico, se pueden abrir un mundo de oportunidades, para que tu vida adquiera un nuevo significado y te puedas expandir, hacia una versión mucho más plena y satisfactoria de ti misma(o).

Las creencias que instalamos como ciertas y absolutas en nuestro subconsciente, nos van dirigiendo hacia una vida que no siempre es la que deseamos, hasta que no nos hacemos conscientes de ello, vamos viviendo como pollo sin cabeza, dando tumbos y esperando a que las cosas cambien desde afuera. Hoy te invito a que te atrevas a cambiar tu percepción actual y te des la oportunidad de probar nuevas formas de pensar, sentir, hacer, crear y actuar, para diseñar la vida que sí quieres vivir.

Ten presente que fueron tus viejos hábitos de pensamientos y conductas los que te trajeron a los resultados que tienes hoy. Y tal vez, lo más valiente que puedas hacer es dejar de ser quién eres, para transformarte, más allá de tus circunstancias actuales, en la persona que sí te gustaría ser.

Si quieres dar ese salto de fe, cuentas con mi solidaridad, respeto y experiencia, para acompañarte de la mejor manera posible, en este viaje heroico que te ha tocado y del cual, sólo tú tienes la última palabra de cómo lo quieres vivir.

¡Lo que crees que te hace falta, no se consigue afuera sino dentro de ti! A.M.